El informe interno desgranaba los graves riesgos de las preferentes: “Este producto ha sufrido un cambio estructural ya que nunca antes en la historia conocida y medible de forma agregada a través de índices representativos se habían observado pérdidas de valor tan fuertes y con una volatilidad (riesgo) asociada tan elevada (actualmente en máximos a diferentes horizontes de inversión)”. El estudio añade: “Así, a un plazo de cinco años, la volatilidad estimada oscila entre un 3,85% y un máximo del 16,0%, siendo la volatilidad media de un 5,19%. (…) En conclusión, para la caracterización de este producto desde una perspectiva del riesgo, para una inversión de cinco años, utilizamos como volatilidad el 5,19%, pero siendo conscientes de que esta puede ser superior en épocas de inestabilidad de los mercados financieros como la actual y previsiblemente para un futuro inmediato”.
“A la fecha de elaboración de este informe, Caja Madrid, garante de la emisión, tiene asignadas las siguientes calificaciones crediticias: Moody’s, última revisión, noviembre de 2008, perspectiva estable; Fitch, última revisión 4 de marzo de 2009, perspectiva negativa; Standard and Poor´s, última revisión 22 de abril de 2209, perspectiva negativa”.
La volatilidad asciende a un 46,1% del total, una cifra que debe considerarse como un extremó máximo»
Informe de Caja Madrid
El informe del consultor de Caja Madrid abunda en los peligros. “Desde la denominada crisis subprime, ya en marzo de 2007, se ha producido una intensa corrección del valor en el mercado secundario de las preferentes, que parece haber encontrado un punto de inflexión en marzo de 2009. En este periodo de tiempo la pérdida acumulada ha alcanzado el 69%”.
Pero si el pasado era malo, el futuro era peor. “El análisis histórico de las pérdidas debe completarse con uno de la volatilidad, es decir, de la variabilidad del precio tanto al alza como a la baja para cuantificar su nivel de riesgo. Como consecuencia de la intensa volatilidad que están experimentando los mercados en su conjunto desde el inicio de la crisis subprime en agosto de 2007, el riesgo asociado a las participaciones preferentes ha cambiado radicalmente dependiendo del horizonte temporal que se considere oportuno para el análisis (…) La volatilidad registrada en los últimos seis meses asciende a un 46,1% del total, una cifra que debe considerarse como un extremo máximo”.
Su entidad no se asegura que el cliente posea conocimientos y experiencia en instrumentos financieros complejos»
Comisión Nacional del Mercado de Valores
¿Conocía tales riesgos el comprador de las preferentes cuando se las ofreció y vendió Caja Madrid? La CNMV lo refutó en mayo de 2010, un año después de elaborarse el estudio interno de Caja Madrid: “Su entidad no se asegura que el cliente posea conocimientos y experiencia en instrumentos financieros complejos pertenecientes a la categoría de renta fija como los bonos convertibles, bonos estructurales o las participaciones preferentes”. La CNMV, además, ha destacado el riesgo de las preferentes vendidas por Caja Madrid: “No se considera apropiado que su entidad decidiera que las participaciones preferentes serie 2009 se ajustaban a clientes cuyo perfil de inversión era moderado con una aversión al riesgo caracterizada por un rango de volatilidad entre el 2% y el 5,5% mientras que, conforme al informe de un experto independiente que aportaron en su respuesta de 10 de febrero de 2010, en el momento de la suscripción se preveía que la volatilidad iba a permanecer en el futuro inmediato en un nivel superior a la media dinámica del 5,19% y se informaba de que la volatilidad histórica rondaba el 12%”.
La CNMV ha denunciado la fragilidad del inversor seducido: “Tampoco se considera adecuado un perfil de inversión moderado a un cliente que declara que sí tendrá necesidades de liquidez en el horizonte temporal cercano” y “no resulta razonable que coincidan los posibles perfiles de la inversión asignados a clientes cuya inversión representa entre el 60/80% de su patrimonio”.
Por añadidura, mientras AFI detallaba que no se pueden cobrar las preferentes si no hay beneficios, la comisión de control de Caja Madrid del 9 de septiembre de 2009, antes de haber cerrado la emisión del producto, reflejaba que “los activos de dudoso cobro se habían incrementado de 2.200 millones de euros a 7.731 en el primer semestre” y que el beneficio había caído un 46%.